Para trabajar con equipos y sistemas frigoríficos, hace falta más que solo mano de obra y entender su manipulación. Se requiere de normativas que determinen el adecuado manejo de las temperaturas, así como de elementos que regulen y midan la termometría de los aparatos para tener siempre un control de las mismas. Este trabajo es adecuado para los termómetros, los cuales se basan en las propiedades de dilatación térmica para conseguir sus registros de calor. Pero, ¿para qué sirven?

¿Para qué sirve el control de la termometría? 

El control de las temperaturas forma parte de diferentes procesos entre los cuales destaca la manipulación de alimentos. Paralelo a ello, el personal a cargo debe tener parámetros estrictos de higiene para garantizar su correcta conservación. Mantenerlos en condiciones de frío adecuadas, así como establecer las mejores temperaturas de cocción y controlarlas, resulta fundamental para reducir el riesgo de aparición de bacterias o que los productos perecibles se descompongan. 

Dicho de otro modo, el frío actúa como una barrera que permite a los cuerpos y productos almacenados preservar sus valores y características originales (sabor, firmeza, apariencia, entre otros). Incluso a viceversa, tomando siempre en cuenta el tipo de alimento y preferencia de los clientes. Por eso se dice que ningún equipo de refrigeración industrial funcionaría correctamente sin un termómetro que verifique sus valores, los calibre y mida sus temperaturas. La termometría es así, efectiva en su campo de estudio.

¿Cómo funciona?

Para saber la temperatura, los operarios utilizan dispositivos los cuales requerirán antes de una capacitación sobre equilibrios términos para hacer interpretaciones acertadas. El principio de la termometría se traduce en que el objeto alcanza los valores originales del sistema frigorífico para luego traducirla en cifras. No siempre suelen ser exactas, pero su aproximación es precisa o semejante. Por tanto, indica su propio temple tras haber permanecido en contacto con el objeto en cuestión.

Temperaturas apropiadas para conservación 

Existen muchos registros adecuados sobre las condiciones de temperatura para conservar alimentos o productos en general. El tiempo, lógicamente variará dependiendo de las propiedades de lo que se busque preservar. Por ejemplo, el pescado fresco se mantiene en buenas condiciones cuando se congela; la carne cruda en cambio puede estar refrigerado hasta tres días; la leche abierta, postres y la verdura cocida, cuatro días. La Administración de Alimentos y Medicamentos Americanos (USA Food&Drugs Administration), explicó que la temperatura de congelación promedio es de (-18 ºC).

Escalas de medición de temperatura

También se han desarrollado diferentes escalas para las mediciones en termometría. La mayoría utilizan grados o “°” como unidad de medida, aunque la escala Kelvin, que se utiliza en medidas científicas, no lo hace. También encontramos el caso de la escala Celsius, que se usa en muchos países como el Reino Unido y anteriormente, se conocía como «Centígrados»; el agua se congela a 0 ° C y hierve a 100 ° C.

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